24 mayo 2022

El Blog del Marketing

El tiempo. Esa vara de medir de dos velocidades

tiempo

Se supone que el tiempo, medido en segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, decenios, o como queramos medirlo, es una medida universal e inalterable.

De hecho, según Wikipedia, el tiempo es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos, y aunque su unidad básica según el sistema internacional sea el segundo, lo cierto es que esos segundos, o conjuntos de segundos (en minutos, horas o en otras medidas secundarias), pasan diferente según nuestro estado de ánimo o según la actividad que estemos realizando.

Y a la vez, estoy diciendo una estupidez, porque empíricamente cada segundo tiene la misma duración, pero a nuestra cabeza, y según las circunstancias, podemos identificar perfectamente que duran más o menos.

El ejemplo más típico y que seguro (o espero) que habéis vivido alguna vez es lo rápido que se pasa el tiempo cuando estás con alguien a quien quieres. Estás enamorado y puedes pasar 5 horas (18.000 segundos) con esa persona que te vuelve loco, y te parece que apenas llevas 10 minutos. Sin embargo, pasas las mismas 5 horas en un hospital y te parece que han sido dos días, porque tu sensación es que el tiempo transcurre a dos velocidades.

Y lo curioso es que las relaciones son inversas. El tiempo es inversamente proporcional al placer. 
A un tiempo constante (pongamos por ejemplo esas 5h) cuánto más disfrutas y más a gusto estás, más corto te parece. Y viceversa.

Imagínate pasar una horacon alguien a quién estás deseando conocer . Se te pasan volando, ¿verdad? Cuando mires el reloj y veas que ya han pasado 50 minutos no te lo querrás creer y mirarás al cielo pidiendo que el tiempo vaya más despacio.

Sin embargo, compara esa misma hora con la situación que puedes vivir en la cola de un centro comercial. Te parecerá un infierno, y mirarás el reloj pensando que algo no funciona... que no puede ser que lleves esos mismos 50 minutos, que te parecen dos horas.

Y es que el tiempo, si bien es una medida física e inalterable, se mide de forma distinta según nuestro estado de ánimo. Y si no lo crees, fíjate lo rápido que se te ha pasado leer estas líneas... será que te ha gustado leerlo y que estás de acuerdo conmigo.

No hay comentarios: