Un blog de Marketing, publicidad, redes sociales y casi cualquier cosa que ronda mi cabeza.
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#HistoriaReal. Un club para que los hombres se hagan unas pajillas en Alcorcón
Llevo escritos más de 3.500 post en El blog del Marketing, y normalmente "presumo" de no tener que pensar demasiado cuando escribo algo. Simplemente me pongo con el portátil en las rodillas y dejo que mis dedos vuelen sobre el teclado. Normalmente ni siquiera repasaba el contenido, aunque ahora estoy "obligándome" a hacerlo para evitar las faltas de ortografía, errores tipográficos o frases sin sentido que se cuelan de vez en cuando, fruto de mi empanada mental y escasa capacidad de concentración.
En esta ocasión no tengo muy claro cómo enfocar el artículo, pero voy a intentar contaros el proceso creativo y el origen de la información del post que estáis leyendo y que no tengo la menor idea de si terminará viendo la luz o acabaré borrándolo.
Mi amigo y compañero Santi nos mandó el otro día a unos amigos un link por Whatsapp con este titular:
Abre en Alcorcón un club de masturbación masculina en grupo
"Un pajódromo... qué mejor forma de tener una reunión de equipo que hacernos pajas unos a otros" o "Señores, tenemos plan para la reunión de departamento. Un plan sin fisuras"
- No lips under the hips
- Tradución literal: Sin labios por debajo de las caderas.
- Traducción coloquial: Sin mamadas
- Nothing goes inside anybody's anything
- Traducción literal: Nada va dentro de nada de nadie.
- Traducción coloquial: Sin sodomía (ni mamadas)
20 abril 2022
La guerra está más cerca de lo que parece #StopRussia
- Sentimiento de identificación con algo o alguien
- Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos
19 abril 2022
Burger King y su campaña de Semana Santa. Con la Iglesia hemos topado
Pedimos disculpas a todos aquellos que se hayan sentido ofendidos por nuestra campaña dirigida a promocionar nuestros productos vegetales en Semana Santa. Nuestra intención nunca ha sido ofender a nadie y ya ha sido solicitada la retirada inmediata de la campaña.
— Burger King (@burgerking_es) April 17, 2022
Que queréis que os diga, a mí la campaña me parece magnífica. Sabe aprovechar aquello que dicen muchos publicistas de "que hablen de ti, aunque sea mal", y tampoco creo que hayan tratado de ofender a nadie. Soy de la opinión de que en publicidad, todo vale, y que cuanto más notoriedad tengas, mejor.
Pero puede que las amenazas veladas de un sector de la población, les haya hecho reconsiderar la estrategia, o quizás el paso atrás en sí mismo sea parte de una acción de penitencia y perdón, tan aclamada por todas las religiones, porque por un motivo o por otro, la campaña ha durado poco tiempo (en días), pero con una notoriedad en prensa y redes sociales descomunal.
Os animo a que busquéis en redes sociales algunas de las reacciones a la campaña. Me parecen exageradas y fuera de lugar... pero claro, supongo que nunca llueve a gusto de todos, y que ¡con la Iglesia hemos topado! Desde amenazas veladas, hasta comparativas con las "no-campañas" contra otras religiones, pasando por explícitas peticiones de complot a la marca.
Ojalá todos esos que se han sentido tan heridos por una campaña publicitaria se manifestaran tan vehementemente con algunas de las actuaciones de la Iglesia, como puede ser su gestión ante las acusaciones tapadas de pederastia, su trato diferencial a la mujer, su comportamiento histórico frente a la homosexualidad o los beneficios eclesiásticos que se arrastran desde hace siglos, por citar algunos de los más evidentes.
Pero no. Es más fácil poner el grito en el cielo por dos carteles publicitarios que se ponen en marquesinas de autobuses y hacerse los "ofendiditos" por una ocurrencia con mayor o menor gusto cuyo único fin es generar notoriedad para posicionar sus (difícilmente comercializables) hamburguesas vegetarianas.
Hipocresía al poder. Al poder de la Iglesia y sus leales y retrógrados súbditos anclados en tiempos de la Inquisición.
Por suerte serán unos pocos... pero la verdad es que le están haciendo un flaco favor a la institución que quieren defender.
17 abril 2022
Deep Water - Aguas Profundas
No hace ni un mes que se estrenó la película que ha dado lugar al título de este post: Deep Water (Aguas Profundas, o Mar de Fondo).
Puede que os suene, ya que Prime Video (servicio de Amazon Prime) lo sugiere como una de sus novedades en la sección de thrillers. Yo la he visto hace apenas un par de días, y a pesar de que no la considero una gran película, he pensado que es el ejemplo perfecto para hablar de los límites emocionales, que tengo pendientes, aunque de ella pudiera sacar un post similar al de "Ron Da Error" como crítica al amor abierto, a la humillación y a los zapatos de tacón.
Os aconsejaría que, cuando tengáis un par de horas "muertas", la pongáis de fondo en vuestra televisión. No me atrevo a recomendarla, sinceramente. A pesar de la buena actuación de Ben Affleck y Ana de Armas, este film os dejará un sabor de boca agridulce y no os aportará nada más allá de una incomodidad a todas luces palpable en varios momentos de la película.
¡Ojo al SPOILER! Te ruego salgas de aquí ahora mismo si deseas ver la película sin haberte leído nada sobre ella antes...porque te la voy a destripar.
¿Continuamos?
Adaptación de la novela de Patricia Highsmith, producida por 20th Century Fox y distribuida por Hulu y Amazon Prime Video (como os comentaba anteriormente). El resurgir de Adrian Lyne con este intento de thriller erótico se ha quedado en una especie de Fénix que ha vuelto a deshacerse en cenizas (según mi humilde opinión).
Affleck y de Armas interpretan a Vic y Melinda Van Allen, un matrimonio aparentemente normal, con una hija pequeña. Como todas las parejas, tienen sus "cosillas". En este caso, y sin confirmación de ello en ningún momento, se trata de la aprobación por parte de Vic a que Melinda tenga aventuras extra-matrimoniales con distintos "amigos". Esto no supone un problema en sí mismo. Las relaciones abiertas son una "moda" actualmente (aunque no creo en ellas), y el hecho de que las juzguemos desde fuera no las hacen más o menos válidas.
En este caso, de Armas hace que sus "amigos" especiales acudan a fiestas de su entorno, manteniendo un ligero tonteo a ojos de los demás (y todos sabemos lo rápido que opinamos sobre lo que vemos, lo velozmente que tendemos a meternos donde no nos llaman), y esto suscita comentarios incómodos hacia el marido (Affleck), que trata de acallar desviando el tema o defendiendo la actitud de Melinda.
Pero nada más lejos de la realidad... Vic, superado por sus propias emociones, por las que Melinda le hace sentir cada vez que besa, se desnuda o se deja acariciar por cualquiera de sus amantes a ojos de él mismo, los quita de en medio. ¿En otras palabras? Los asesina. Todos estaréis de acuerdo que es la forma más rápida y "efectiva" de deshacerse del problema...hasta que empieza el siguiente romance, por lo menos.
El film transcurre en una sucesión interminable de incómodas situaciones de a tres que escapan a la normalidad a la que estamos tan acostumbrados. ¿Por qué no cenar con tu marido, tu amante y tu hija en tu propia casa?, es tan fácil como dejarle caer que "papá te acostará y te leerá un montón de libros"... Y tendrás un buen ratito libre para deshacerte en pasiones... El justo para acabar y que él baje a deshacerse de tu amigo amablemente y limpiar los platos de la cena.
¿Qué después tus amantes desaparecen sin dejar rastro? No hay por qué sospechar de tu marido... Aunque abiertamente confiese ser el asesino. ¡No creamos todo lo que nos cuentan, chic@s! Además... Esa humillación que Melinda le hace sentir a Vic tras cada amante, esa frustración de "aceptarlo" y sufrirlo calladamente no hace más que aumentar la libido de ambos... ¡qué extraño es el mundo!
Un juego oscuro de posesión, erotismo y suspense que mantiene en vilo una sucesión de imágenes de dos horas para acabar con una absurda persecución a un coche en mountain bike y una desinformación final que te dejan sentado en el sofá, con cara de bob@ pensando en qué es lo que no has pillado.
¿Un resumen rápido? Ella quiere y tiene una relación abierta que él acepta por el simple hecho de poder seguir con ella... Pero justamente el saltarse ese límite emocional, el forzarlo hasta más allá de lo permisible... Hace que él no lo tolere y decida quitar de en medio a todo aquel que le suponga un problema. Para que recordéis de qué va ese límite, os hago un copia&pega de lo que ya os había contado en un primer momento...
<< Límites emocionales: se refieren a los sentimientos de una persona.
¡Ojo a este! Límite complicado donde los haya. Si ya los sentimientos propios son difíciles de gestionar, ¡imaginaos los de los demás!
Nadie es quién para juzgar, alabar o criticar los sentimientos de una persona. Y gran cantidad de veces esto último viene dado por pensar, erróneamente, que esa persona comparte nuestra visión vital. Nadie (nadie) puede saber a ciencia cierta, cuál será la reacción sentimental, emocional, de una persona frente a X noticia. Y esto nos hace directamente responsables de su estabilidad emocional, lo queramos o no; nos guste más o nos guste menos. Y tristemente, el “tacto” no parece estar valorado hoy en día. Nos movemos deprisa, vamos por la vida sin volver la vista atrás y casi sin mirar hacia delante, con los ojos puestos en nuestros pies, o lo que es peor, en las huellas que nos encontramos delante (y “pisando” fuerte para dejarle claro al siguiente cuáles deben ser sus pasos). Empatía, queridos lectores, vivid en vuestra piel y actuad apelando al menos común de los sentidos, el sentido común. >>
Hablé de gestionar sentimientos. Imaginaos la escena, la vivencia, mientras ves a alguien a quien quieres, a quien amas, con otra persona. Observar desde fuera esas sonrisas, esos gestos que tan loco te volvían a ti, pero con otro; y que encima te lo presente, y lo invite a vuestra casa. Escuchar sus carcajadas, sus suspiros, sus besos, casi poder sentir cada caricia (si tienes la suerte de no verlo), que ese otro hombre le arranca a tu mujer. Y Vic van Allen, estoicamente, guardaba la apariencia. Mientras emocionalmente caminaba a ciegas sobre un campo de minas. Podría decirse que él y Melinda disfrutaban de ese juego, aunque mentalmente para él no fuera sano (y físicamente para los pobres amantes que acababan sin vida tampoco). Por eso es tan importante establecer, cumplir y hacer cumplir este límite, porque es el que nos mantiene cuerdos. Y esta película nos demuestra lo peligroso que es que a quien tienes al lado no te cuide (cuando ni tú mismo lo haces). Porque Melinda sabía perfectamente cómo se sentía él, cómo y cuánto le dolía; pero no le importaba. Se aprovechaba del juego, de la posesividad, de la humillación... Y en parte, del sexo desenfrenado en el que derivaba la desaparición de sus amantes. Vic... No sabría qué deciros de él. Soportaba las humillaciones continuas y, a su manera, las paliaba. Controlaba la situación de una forma fría e impersonal, aunque de cara a su mujer no fuera tal el suplicio que soportaba. Mejor compartirla, que no tenerla (pensaría).
A veces nos cuesta "levantar la cabeza", no decir basta, o no saber hacerlo. Porque algo que empieza como un juego, como un "a ver qué pasa", se puede convertir en una pesadilla a la que da miedo cerrar la puerta. Y la mente es tan traicionera, tan fácil de manipular... Que una mala "jugada" nos puede hacer creer que estamos en un "todo o nada", en este caso ese divorcio, esa separación que evita Van Allen mirando hacia otro lado mientras Melinda se entrega de un hombre a otro, sin importar nada ni nadie más, destruyendo emocionalmente a su marido, y sin saberlo, a ella misma.
Para finalizar con este post, me gustaría destacar la actuación de la perfecta, inteligente y despierta Trixie Van Allen (hija de Vic y Melinda), que en unas pocas escenas (y palabras), nos demuestra que la actitud y la calma con la que se reflejan los pensamientos y sentimientos en la vida, hacen que podamos camuflarnos diariamente en el entorno, siendo completamente distintos según los ojos que nos miran. Todo un ejemplo de firmeza e pasividad emocional, manteniendo a raya sus límites y tensando la cuerda de los de los demás.
04 abril 2022
Crítica literaria. Invisible (de Eloy Moreno)
Queridos profesores de la ESO y quizás también de Bachillerato. Queridos jefes de estudio, y queridos directores de centros educativos de cualquier índole. ¿A qué estáis esperando para asegurar que vuestros adolescentes lean el libro Invisible, de Eloy Moreno?
Acabo de leerlo porque me lo recomendó mi hija Lola (13 años), que lo leyó antes que yo, y me ha parecido una lectura muy fácil (lo leí en apenas dos o tres horas), pero sobre todo muy enriquecedora para todos esos niños que no son conscientes del problema que hay detrás de las situaciones de acoso escolar, también llamado "bullying".
Sin duda es más importante leer este libro que las lecturas obligatorias que ha tenido que leer mi hijo Jaime (3ºESO), y que son las siguientes:
- El Lazarillo de Tormes (Anónimo)
- El Conde Lucanor (Don Juan Manuel)
- Novelas Ejemplares (Miguel de Cervantes)
- Leyendas del Cid (Anónimo)
- El Caballero de Olmedo (Lope de Vega)
- El Burlador de Sevilla (Tirso de Molina)
01 abril 2022
Intelectualmente...hablando
Sí, aquí estoy, otra vez. En esta ocasión para hablaros del segundo punto del post primigenio. La verdad es que esta consecución de post dedicados a algo tan increíble como son los límites personales me tiene entusiasmada. ¿Por qué? (Os preguntaréis, o al menos yo lo haría); pues porque me encanta todo aquello que tiene que ver con la mente, con el control (y autocontrol), con las leyes inherentes a la persona y a la sociedad en la que vivimos.
Soy la clase de chica que disfruta apasionadamene de un café (o una cerveza) y una buena conversación. Un debate a pecho descubierto, una charla totalmente magnificada, filosófica y profunda…sobre el olor de la lluvia en la carretera, el Mito de la Caverna, los límites o el consumo de un Cayenne y la imposibilidad de entender por qué ese hombre que siempre está repostando delante mía (da igual el día y la hora, aparece como por arte de magia), ha pasado a consumo de gas un Porsche.
Pero no vamos a hablar de él (por lo menos, hoy). Y repitiendo el copia&pega anterior (pásate por aquí si no lo has leído, ¡quizá merezca la pena!)…
<< Límites intelectuales: se refieren a pensamientos e ideas.
El aprecio o menosprecio de una opinión, decisión, creencia o idea, entre otros, es un claro ejemplo de límite intelectual. Puede que se trate de algo complejo, ya que, por lo menos a mí, me cuesta distinguir cuándo estoy simplemente defendiendo un ideal y cuándo estoy “pisando” el del contrario. Y es por eso que siempre voy con pies de plomo.
Realmente creo que a veces, uno mismo no es consciente de lo fácil que resulta violar la mente de otra persona. Nuestras palabras frente a un debate o discusión, nuestras reacciones verbales o incluso corporales (bienvenidos los que, como yo, sois amantes de la gesticulación exagerada) marcan un antes y un después en nuestro receptor. Y por eso os digo, mesura.
La palabra, ya sea oral o escrita, es nuestra mejor arma y nuestra mejor defensa, pero debemos ser cautos y saber escuchar y respetar las opiniones de los demás. Además, como todos sabemos “somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras” >>.
Me parece innecesario recalcar lo importante que es el respeto. Y si nos vamos al ámbito intelectual… Más todavía. No quiero decir que sea más importante que el respeto físico, emocional o sexual (entre otros)… Pero sí creo que la “cabeza” es algo muy complicado a lo que es muy fácil hacerle daño. De hecho, la mayoría de las veces, bastamos nosotros mismos (como para que nos ayuden, ¿no creéis?).
No sé si a vosotros os pasa, pero a mí, cuando me hablan de cualquier cosa “intelectual” lo remito inmediatamente a la “inteligencia”. A esa capacidad de razonar distintos conceptos, comprender las cosas y tener cierta velocidad resolutiva. Si en este concepto entra la palabra límite, automáticamente pienso en no dar la talla. No ser "tan" inteligente respecto a… Pues a otra persona, a un canon, a una referencia. Pero nada más lejos de la realidad.
Hoy vengo a hablaros de otro tipo de intelectualidad, otro tipo de respeto, y por lo tanto, de límites.
Todos tenemos claro (espero) lo importante que es poder expresarnos “sin censuras”. No, no te vayas a la política, no hablo de eso. Me refiero a la importancia que tiene poder decir aquello que quieres decir, sin filtro. Desde que te quieres casar, te vas de viaje, te ha tocado la lotería…o que te vas a morir. Nadie te priva de “abrir la boca” y soltar todo aquello que quieras. Y eso es un privilegio. Pero parece que olvidamos que en este mundo, no vivimos solos. Tenemos gente a nuestro lado, personas que nos escuchan, que valoran nuestras ideas, nuestros pensamientos. Gente que respeta nuestras creencias y no nos tacha por ellas. Y aún así… Hay que ver lo egoístas que somos a veces. Lo fácil que es subirnos a nuestra atalaya y desde ahí bombardear a todo aquel que piense de forma distinta a la nuestra.
Y no te comportas de una forma “novedosa”. En realidad siempre ha habido personas así, que se refugian en sendos “estoy cansado de ceder siempre, de bajar la voz”, por eso luchan y gritan… Como si solo por eso fueran a tener razón; pero ojo, solo a aquellos que considera inferiores o a los que sabe puede manipular o hacer daño.
Me gustaría, con vuestro permiso, retomar el ejemplo del post anterior.
¿Os resumo?; chico conoce a chica, se gustan, se conocen y empiezan a salir…(he sido rápida, ya estamos en el presente). Dicen por ahí que el “amor”, el enamoramiento como tal, tiene fecha de caducidad. En nuestra mano está que dure unas semanas, unos meses e incluso, en el mejor de los casos, dos o tres años. ¿No me crees? Prueba a escribir en google “cuánto dura el enamoramiento”.
¿Que por qué os cuento esto? Pues veréis…
Creo que esa “hormona del amor” tiene mucho que ver en este tipo de límite. En los inicios de una relación todo es maravilloso. Todo lo que hace o dice tu pareja te parece increíble. Todos sus chistes te hacen gracia, podrías pasarte horas escuchándole hablar o debatir y hasta sus peores defectos parecen más “virtudes” en cualquier situación. C’est l' amour, mes amis. Pero el tiempo pasa y “a todo se acostumbra uno”, incluso a lo bueno. Y eso, unido a la confianza… “hace estragos”. Una mañana te despiertas y te das cuenta de que no te gusta tanto su forma de pensar. Lo que dice no te gusta, no comulga con tu pensamiento, y la grieta aparece. Lejos de desaparecer, cada chiste te parece peor que el anterior, o incluso se repite, y sientes que te aburres. Empiezas a contestar. Juzgas sus pensamientos, sus palabras. Desprecias o ignoras cada idea, cada ilusión. Lo devuelves a la realidad de un plumazo.
¿Os acordáis de Ella?, pues Ella está cansada de escucharle. Y empieza la “lucha”. Lejos de debatir, discute con él. Ridiculiza cada decisión, cada comentario. Intrusivamente se desliza en su mente para hacerle callar. Y al final…uno acaba por romper…o por bajar la cabeza. Deja de hablar, de opinar. Sabe que no le gusta que piense así. Además le ha demostrado más de una vez que Ella tiene razón. Es cuestión de tiempo que esa teórica "libertad de expresión" desaparezca hasta no quedar nada más que una serie de ideas y de pensamientos alienados.
Y no creáis que esto tan solo pasa en las relaciones de pareja, porque ocurre en cada relación humana. Os he puesto un ejemplo más común de lo que creéis (independientemente del sujeto de la pareja que tenga esa actitud), pero las personas cada vez "ocupamos" más, queremos ser escuchados a toda costa... Y las redes sociales facilitan tanto este abuso y traspaso de límite intelectual...
No tenéis más que abrir vuestra plataforma favorita (Facebook, Instagram, Twitter, Tik Tok, Tinder, Twitch...) y ver como cientos (y miles) de personas juzgan a otras. Opinan (no olvidemos que en una opinión se pueden rebasar muchos límites), juzgan, analizan todo aquello que se publica. Y sin ningún tipo de filtro. Como si el receptor del mensaje tuviera la obligación de recibir, leer (o escuchar) y contestar a todas aquellas sombras que ocultas tras una pantalla se atreven a decirle que sus sentimientos, sus ideas o sus opiniones no son correctos, o son menos válidos que los suyos.
La sociedad, vosotros (yo), necesita aprender a ser más asertiva. Es muy importante que nuestra forma de expresarnos, nuestra forma de comunicar una decisión, una opinión, no suene como un mandato o como una verdad absoluta. Debemos aprender a respetar los límites intelectuales; debemos aprender que nuestra libertad acaba donde empieza la de "nuestro vecino". Y que, "por la boca muere el pez".
Sed cuidadosos y medid vuestras palabras, que nunca sabemos lo que lleva por dentro nuestro receptor.
En cualquier caso... este post tan solo es una opinión, y como tal, subjetiva, acerca de los límites que sobrepasamos en nuestro día a día. Si tú tienes otra, ¡estaré encantada de leerte!