29 noviembre 2019

El Blog del Marketing

Yo no veo animales en los catálogos de juguetes ¿Usted sí?

Ya huele a Navidad, llega la Navidad, porque a mí, a pesar de que algunos amigos se empeñen en decirme que lo que huele es a chimenea (aunque este año, con este tiempo tan alocado que tenemos, pocas encienden), a mí me huele a Navidad, y eso me encanta.

Ya cuelgan las luces navideñas en las calles, los puestos de la Plaza de las Monjas ya están montados, el ambiente toma otra forma... Y en las casas, empiezan a llegar los primeros polvorones, los primeros mantecados, algún turrón que otro (en mi casa ya ha caído hasta un roscón de reyes). En los grupos de WhatsApp ya se habla de cenas de Navidad... Como dice un meme que anda circulando por las redes, ya se ha inaugurado la temporada "Pórtate bien que los Reyes Magos te están viendo". Ya hay algún catálogo que otro de juguetes rodando por la casa y ya se baraja la posibilidad de que uno de los "juguetes" sea una mascota.

Seré breve: una mascota no es un juguete, es una responsabilidad que necesita dinero, tiempo y espacio, y según la especie/raza necesitará más o menos dinero, más o menos tiempo o más o menos espacio. Si es muy fácil. ¿Qué es lo que no entienden? Bueno, quien quiera entender, no olvidemos a esas personas que tienen la sensibilidad en el culo.

Una mascota no es algo que se compra por capricho, para que sus hijos jueguen (para que sus hijos jueguen, cómprele un juguete), no es un premio por buenas notas... Incluir una mascota en nuestras vidas requiere pensar qué tenemos, qué queremos y qué podemos. Por ejemplo, a mí me encantaría tener una pareja de rottweilers (una de las mejores razas de perro que he tenido, y he tenido muuuuchas razas de perros); pero, aunque los factores espacio/tiempo no sean un inconveniente, tengo dos bestias felinas disfrazadas de gatitos que los harían trizas. Aporto documento gráfico: 

 


No, no se dejen llevar por la ternura que pueda aportar la imagen; cada día tengo más claro que son dos bestias disfrazadas de gatitos; así que la opción "Rottweiler" está descartada.


Piénsenlo: ¿Pueden? ¿Realmente quieren? No son un juguete, aunque algunos parezcan verdaderos peluches.

Y ahora, voy a aprovechar para rescatar un post sobre abandono animal que he encontrado por aquí y que yo comenté en su día, antes de formar parte de este blog: Espectacular campaña contra el abandono animal. Merece la pena verlo.

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