28 agosto 2009

El Blog del Marketing

Creatividad contra el Apartheid

Encuentro en un blog al que me he suscrito hace poco tiempo (Briefblog) una creatividad realizada para el Museo del Apartheid, en Johanesburgo que me ha traido a mi cabeza algún que otro recuerdo de mi viaje a Suráfrica.

Más allá de lo significativo que sea el cartel (que lo es), con un puño en señal de victoria y un documento de identificación de una persona negra... lo que quería contaros es algo que aún sigue en mi mente después de mi visita al país africano en 2003 o 2004 (no recuerdo bien)

Desde luego el país me encantó. Dicen que Africa tiene un gran encanto y un poderoso influjo atrayente, y que quién ha estado en Africa termina repitiendo. Es mi caso... pero insisto que no quiero hablar de los safaris, de los paisajes, de sus gentes o de ese olor especial que emana de todos los sitios.

Quiero hablar de la mezquindad humana y de la falsedad de la sociedad en la que vivimos.

Estuve en el Museo del Apartheid, y creo que nada me ha impactado tanto en mi vida. Un museo del S.XXI, basado en materiales audiovisuales, y no en vitrinas con huesos, tesoros o sarcófagos que hace que nuestra imaginación se translade hasta la época que estemos visitando.

Aquí todo es distinto. Lo que estás viendo acababa de ocurrir 10 años antes, en 1992 (año que acabó el Apartheid), pero llevaba "instaurado" desde los años 50... y a nadie parecía preocuparle demasiado.

Sólo pensar que por ejemplo en España estábamos tomando fino en la Expo de Sevilla o disfrutando de maratonianas jornadas de deportes en las Olimpiadas de Barcelona mientras a 14.000 km, en Johanesburgo, se ataban a personas a una rueda gigante de camión por la cabeza para después prenderle fuego... es algo que me cabrea.

En 1992 yo tenía 18 años, pero no recuerdo demasiado impacto en los telediarios ni en los periódicos al respecto de las barbaridades que allí se estaban cometiendo... y sin embargo si he visto invasiones de países recientemente por meras suposiciones.

Definitivamente la sociedad (y sus dirigentes) es muy cínica, y carece de escrúpulos.

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