LinkedIn ya no es solo un lugar para subir tu currículum. Hoy es la plataforma profesional más influyente del mundo, donde se construyen relaciones, se cierran negocios y se posicionan líderes (los de verdad y los de "garrafón"). Lo cierto es que si no trabajas tu marca personal allí, estás perdiendo oportunidades.
En este post, en el que me he apoyado en la inteligencia artificial (gracias amigo Copilot), voy a intentar echarte una mano para crear una marca personal sólida en LinkedIn, con consejos prácticos y ejemplos reales para que empieces hoy mismo.
¿Por qué es importante tu marca personal en LinkedIn?
Porque vivimos en la era de la visibilidad. No basta con ser bueno en lo que haces: hay que demostrarlo. Ya lo decía un jefe que tuve en Nokia (de iniciales MAPA, por si alguno de aquella época sigue leyéndome). En palacio, la reina, además de serlo, tiene que parecerlo. Quizás él se pasó de frenada y la cosa terminó como terminó,... pero esa es otra historia que no viene el caso y que seguramente, si fuera un tipo prudente, deberia dejar para mi círculo de amistades.
Una marca personal bien trabajada te ayuda aumentar tu credibilidad en tu sector, a generar oportunidades (empleo, clientes, networking) y a posicionarte como referente en temas clave. Hay un montón de "expertos" que te recomiendan mantener una presencia constante en LinkedIn. Post nuevos, comentarios en existentes, reflexiones, documentos.
Se parece un poco a las reuniones con tus mejores amigos. Hay que estar, porque si no estás, te acabarán pitando las orejas. Aquí ocurre algo parecido. Hay que estar. Hay que posicionarse. Tienes que ser visibles a ojos de headhunters, referentes en la materia o en el sector. Por ti y por todos tus compañeros.
Y porque si no lo haces tú, alguien más lo hará y ocupará ese espacio en el que quizás seas un experto, pero lo sabrá un número limitado de personas.
1. Define tu propuesta de valor
Antes de publicar nada, responde:¿Qué quiero que la gente piense cuando vea mi perfil? ¿En qué temas quiero ser reconocido? Lo correcto, en mi opinión, es basarte en tu experiencia y en más o menos en lo que has sido, eres o quieres ser... pero sin bruscos cambios de volante que hagan que nada tenga sentido a ojos ajenos. Si eres un director de marketing, quizás no tenga destino que te posiciones como experto en inteligencia artificial, por mucho que te apasione la tecnología y sepas que por ahí vendrán muchas oportunidades los próximos años.
Tu marca personal no es tu cargo, es tu historia. Si trabajas en marketing, ¿eres experto en estrategia digital, creatividad, análisis de datos? Cuanto más claro tengas tu enfoque, más fácil será generar contenido coherente.
2. Optimiza tu perfil (tu escaparate profesional)
Un perfil cuidado transmite confianza. Claves:Foto profesional: No tiene que ser de estudio, pero sí transmitir cercanía y profesionalidad.
Titular atractivo: Evita “Director de Marketing”. Mejor: “Ayudo a marcas a crecer con estrategias digitales efectivas”.
Acerca de mí: Cuenta tu historia, no tu CV. ¿Qué te apasiona? ¿Qué problemas resuelves?
Un perfil bien trabajado es el primer paso para que tu contenido tenga impacto. En este sentido, he visto un montón de ejemplos de herramientas de inteligencia artificial que pueden ayudarte a crear un perfil atractivo para los demás. No solo para quienes puedan requerir tus servicios profesionales, sino también para que tu mensaje y tu perfil tengan coherencia entre ellos.
De hecho, el otro día hablaba con Lorena lo descuidado y poco profesional que es mi perfil de LinkedIn. Voy a intentar actualizarlo este fin de semana, y voy a intentar apoyarme en mi amigo ChatGPT. Veremos si finalmente hago el cambiazo o no, pero voy a probar justo en este sentido. Desde lo que otros buscarían de mí si supieran cómo soy y qué he hecho y hago profesionalmente... no desde mi ombligo contando cosas con un nivel de detalle que a pocos importan.
Por cierto, si quieres darme consejos sobre cómo hacerlo estaré encantado de escucharte.
3. Publica contenido con intención
No se trata de publicar por publicar. Tu objetivo es aportar valor. Ideas:Comparte aprendizajes: ¿Qué has descubierto en tu trabajo que pueda ayudar a otros?
Comenta tendencias: Si hay un cambio en tu sector, da tu opinión. No sé si es necesraio que hagas un newsletter que escribe una herramienta de IA, pero está genial que te vean opinar aquí y allí. Pero ojo; opinar está bien, pero tienes una responsabilidad y un puesto de trabajo en una empresa. No hablas únicamente por ti. También lo haces en representación de esa empresa, así que mi consejo es que evites los charcos políticos y polémicos.
Historias personales: La gente conecta con personas, no con robots. Un reto superado puede inspirar más que mil datos. Pero si puedo darte otro consejo, evita el "over-selling". ¿Sabes esos perfiles de Instagram donde parece que la vida de las personas es perfecta? Pues no hace falta que comentes únicamente tus éxitos y tu maravillosa carrera profesional. También se puede ser humilde, se puede ser agradecido a otros... es mejor ser auténtico que un crack mundial (al menos desde mi punto de vista)
En resumen, sé auténtico (salvo que seas un capullo). La gente sigue a personas que aportan y que muestran su visión real, con luces y sombras. Acabo de recordar la frase de Joaquín Sabina en la canción "Mentiras piadosas":
"Le dibujaba un mundo real, no uno color de rosa. Pero ella prefería escuchar mentiras piadosas"
4. Interactúa (LinkedIn no es un monólogo)
Publicar está bien, pero comentar y participar en conversaciones es igual de importante. Dedica unos minutos al día a comentar posts de otros con aportes reales (no solo “¡Excelente!”), felicitar logros de tu red... o incluso a felicitar cumpleaños.
Responder a quienes interactúan contigo, aunque mi consejo es que no lo hagas en los mensajes privados. Desconozco vuestra experiencia con LinkedIn, pero en mi caso recibo semanalmente decenas de propuestas de proveedores atacando a puerta fría que me han convertido en un maleducado.
Todo esto aumenta tu visibilidad y te posiciona como alguien que construye comunidad. En cierto modo, esto responde a aquello de que "que hablen de ti, aunque sea mal" Es importante que aparezcas en el perfil de mucha gente, y si únicamente le das al "like" aparecerás, pero sin aportar valor.
5. Sé constante (pero no invasivo)
No necesitas publicar todos los días. Dos o tres veces por semana es suficiente para estar presente sin saturar. Y recuerda: la calidad siempre gana a la cantidad.
¿Quieres unos tips rápidos? Estos son algunos errores a evitar:
Hablar solo de ti: Tu marca personal no es autopromoción, es aportar valor.
Copiar contenido sin añadir tu visión: LinkedIn premia la originalidad y la conversación.
Abandonar la interacción: Si no respondes, pierdes oportunidades de conexión.
Tu marca personal es tu mejor activo. Empieza hoy: ajusta tu perfil, comparte tu primera reflexión y observa cómo tu red se convierte en una comunidad que te reconoce por lo que aportas.
¿Y tú? ¿Ya trabajas tu marca personal en LinkedIn o sigues pensando que es solo para buscar trabajo? Me encantará leer tu opinión en los comentarios.
La cabalgata de los Reyes Magos de Sevilla es un espectáculo digno de ver. Si no has ido nunca, te lo recomiendo porque realmente es todo un acontecimiento. ,Y que conste que no hablo precisamente de la ilusión que les genera a los niños, que independientemente de lo buena o mala que sea la cabalgata la reacción será parecida, sino del componente social que tiene entre los sevillanos, que "matan" por formar parte de las carrozas más importantes que forman parte de dicha cabalgata.
El caso es que este año, el cartel que anuncia tan importante evento de la Navidad sevillana, viene envuelto de polémica porque el autor de la misma, ha dejado colgada de forma "casual" una camiseta del Real Betis Balompié. Fijaros en la imagen oficial de la cabalgata. A la derecha, colgado del pomo de la puerta podéis ver la camiseta.
A poco que se conozca el panorama futbolístico nacional, se sabe que Sevilla y Betis tienen una rivalidad que traspasa los límites de lo deportivo, y este cartel navideño de presentación de la cabalgata lo demuestra claramente.
Y como el ser humano es ingenioso (y la Inteligencia Artificial nos permite hacer casi cualquier cosa), los memes de respuesta no se han hecho esperar por parte de la afición sevillista. Disfruta las respuestas porque algunas son de lo más ingeniosas.
¿Tienes más? ¿Encontraste otros memes de este tema? Compártelos conmigo en elblogdelmarketing@gmail.com y actualizaré este post con todas las que me vayan llegando.
Otro año más lo ha vuelto hacer. No parece tener vergüenza (ni propia ni ajena), pero de algún modo ha conseguido entre varios de mis grupos de amigos que nos echemos unas risas y hagamos un concurso cada año:
¿Cuántos segundos eres capaz de aguantar viendo el vídeo del villancico de Leticia Sabater? Te leo en los comentarios de este post
AVISO IMPORTANTE: El vídeo que vas a ver a continuación, puede herir tu sensibilidad
Hace años, en 2016, escribí este post que encontré el otro día buscando entre los más de 3.800 artículos que he publicado desde que, en 2007, creara este rincón de reflexiones que, en algún momento fue un prestigioso blog de Marketing.
Más allá de lo que fue o de los premios que gané cuando los blogs estaban de moda, me gusta en lo que se ha convertido. Aunque mi ego querría seguir teniendo esos más de 20.000 lectores al día y no los valientes 300 que me visitan en la actualidad, reconozco que me gusta la intimidad desde la que escribo. Hoy en día es una especie de diario. Es un lugar en el que de vez en cuando dejo mis dedos moverse por el teclado sin rumbo ni dirección, mientras sin saber cómo dejo de ser protagonista y me convierto en un mero espectador, a la espera del momento del clímax. Del final del post y los retoques necesarios antes de publicarlo, sabiendo que hay gente "en el otro lado" disfrutando de cada palabra, de mi escritura acelerada e incluso de mis errores. La vida misma, supongo.
Pero a todo esto... yo no quería hablaros de mí, o de cómo de vez en cuando me pongo a navegar por el blog de forma aleatoria y me sorprendo leyendo cosas de hace años que no recordaba (puedes llamarme Dori... es lo que soy). No. Esa no era la idea cuando he cogido el portátil y lo he puesto entre las piernas, mientras suena un tema de piano muy relajante en Spotify (ahora repasando el post, suena love of my life, de Queen)
Mi idea (y por eso el primer párrafo) era y sigue siendo hablaros de las relaciones entre padres e hijos. Quizás desde la óptica de tener 51 años de experiencia como hijo y 18 como padre, pueda dejar por escrito alguna reflexión que caldee algún corazón o, quizás, un recuerdo por escrito que puedan leer mis hijos cuando yo falte.. o mis padres (que no tengo muy claro si siguen leyéndome a estas alturas).
Los que me conocéis mejor sabéis cómo escribo. Los que estáis descubriéndome últimamente, intuyo que más o menos me vais calando, así que seguro que no os sorprende si os digo que voy a ir dejando por aquí ideas que rondan mi cabeza, y veremos si soy capaz de darle forma a medida que una palabra se junta con la anterior y con la siguiente. Allá van algunas cosas que pienso "en back" y que rescato ahora.
Autoridad vs Acompañamiento. Del trato de usted de nuestros abuelos a ser otro "bro"
Lo primero que quiero poner en valor es que los padres ya no somos vistos por nuestros hijos como nosotros veíamos a nuestros padres a su edad. Ya no digamos la forma en la que mis padres se relacionaban con mis abuelos. Lo que resulta evidente es que hay un punto de "respeto a la autoridad" que ya no está ahí. O al menos no está tan presente como yo lo viví, y creo que la culpa la tenemos los padres de ahora, que precisamente para acortar la distancia que impone el respeto que nosotros vivimos, hemos cruzado al otro lado y sin darnos cuenta, hemos sido vistos por los hijos como un colega más. Error. O quizás no, porque de camino se construyen relaciones de complicidad que son maravillosas, pero creo que como sociedad hemos perdido la tensión de la cuerda. Y quiero creer que la cuerda tiene que mantenerse tensa para cumplir su función.
Y dicen por ahí que lo cortés no quita lo valiente. Recuerdo perfectamente irme de vinos con mi abuelo Jaime en Torrelavega, o marcharnos los dos a ver el Tour de Francia a un bar en nuestros veranos en Playa América o Panxón. En esos momentos, no era mi colega. Era mi abuelo, pero un abuelo guay que siempre tenía las puertas abiertas para sus nietos. A su manera. Con su estilo, pero de un modo entrañable y auténtico, se dejaba querer y se acercaba a nosotros, siempre manteniendo esa distancia que da "la figura" de abuelo. Luego en casa, sus palabras eran respetadas por todos, y si tenía que reprenderte por algo que habías hecho mal, lo hacía con la autoridad ganada y concedida. Y allí no había más que hablar.
Cuando veo la relación de mis padres con mis hijos, veo cosas que yo viví. Veo ese respeto y admiración. Veo esa vuelta de tuerca de los abuelos para con sus nietos. Esas ganas de disfrutarles y de estar para todo, manteniendo la importancia de la figura por encima de todo. Educando pero sabiendo que esa tarea nos corresponde a nosotros. ¿Entonces? Ah... espera. Entonces los que lo estamos haciendo regular somos nosotros, los padres. Principalmente porque los niños saben comportarse como nietos, pero frecuentemente se equivocan haciendo de hijos. Y no pasa nada, porque todos nos equivocamos, y de los errores se aprende. Pero para corregir comportamientos y darles herramientas para crecer, somos los padres quienes tenemos que poner de nuestro lado.
Huelga decir que no tengo un manual de instrucciones. Lo busqué cuando nació Jaime y al no encontrarlo, creo que incluso le pregunté por él a la enfermera que me puso a Lola en brazos a los minutos de haber nacido. Pero no. Puedo confirmar que al menos yo no lo encuentro por ningún sitio, y que supongo que (ChatGPT mediante) aprenderemos sobre la marcha. Prueba y error. A la vieja usanza.
El momentum. Los tiempos difíciles forjan hombres fuertes; los tiempos fáciles, hombres débiles.
Quizás el momento que nos ha tocado vivir tenga algo que ver en la forma en la que nos interrelacionamos padres e hijos. Suena a excusa, pero quiero creer que algunos matices educacionales tienen que ver con las situaciones vitales que vivimos los padres y viven nuestros hijos.
Lo primero es que nosotros no hemos vivido ninguna situación crítica. Ni guerra civil ni el delicado proceso de la postguerra y la modernización de España de los 50 a los 70. Desde luego tampoco nuestros padres la vivieron íntegramente, pero si la sintieron más cercana. En primera persona o basada en las experiencias transmitidas por sus padres. Fueron años difíciles en general, y las prioridades eran otras. Prosperar, subsistir, sobrevivir incluso.
Nosotros (hablo por mí, obviamente) tuvimos todo lo que necesitamos para ser felices. En todos los planos, incluido el económico o el de "necesidades cubiertas". Lo teníamos todo, pero de un modo controlado. La cultura del ahorro que tenían mis padres no la tenemos nosotros. Quizás porque ellos venían de una situación más modesta y llegaron donde llegaron con el sudor de cada día, y con la suma de sacrificios a lo largo de los años. Hoy nuestros hijos viven en una constante orgía de excesos. Tienen de todo y como padres no hemos sabido manejar la gestión de sus expectativas. No les hemos enseñado que las cosas cuestan. No hay una cultura del esfuerzo, porque hemos cometido el error constante de que a los niños "no les falten de nada". Y de hecho les sobran muchas cosas (entre otras, tontería).
La inmediatez se ha apoderado de nuestra sociedad, y somos los primeros culpables. Os voy a contar algo que recuerdo perfectamente de mi adolescencia, y que de algún modo he mantenido hasta ahora. Recuerdo perfectamente la ilusión que me hacía estrenar cosas. La ilusión con la que esperaba los regalos en Reyes o Navidad. O en mi cumpleaños. Porque los "regalos buenos", los que querías de verdad (y prácticamente el único momento para cierto nivel de excesos) tenían lugar en esas fechas. El resto del año, pan y agua, José Luis. Pan y agua (metafóricamente, por supuesto). Recuerdo perfectamente dormir con los regalos que más ilusión me habían hecho en la mesita de noche o a los pies de la cama, para jugar o para estrenarlo al día siguiente. Siempre he sido un poquito ansioso. Así soy.
Hoy en día, les compramos cosas según sale de su boca la frasecita de "quiero" o "necesito", Con un sentido crítico del exceso más bien inexistente, hemos construido pequeños monstruos que tienen de todo. Y cuando llega el momento de los regalos, tenemos que hacer malabarismos logarítmicos (cada año sensiblemente más complicado que el anterior) para mantener esa hoguera calentando la habitación en la que dicha orgía de excesos está teniendo lugar. Y el problema es que cuando estás subido en esa bici sin frenos, bajando la montaña... es difícil parar. Sobre todo si las cosas te van bien. Si no tienes problemas, siempre encontrarás ese peligroso "Why not?" que lejos de ayudar...
Y como dice mi madre. "Rezo para que te siga yendo bien, porque si algún día no es así... "(yo creo que igual que he aprendido a gastar porque tengo, podré dejar de hacerlo cuando no tenga... pero lo cierto es que, como algunas otras cosas, vamos a dejarlo en "veremos")
El tiempo, ese gran desconocido. La inexistencia del mañana y la nula planificación
Una cosa que me sorprende de mis hijos (y en general de su generación) es su pérdida de horizontes temporales. El mañana no existe. Son incapaces de planificar a un mes vista. ¿Qué digo un mes? Ni siquiera son capaces de planificar el fin de semana, o la semana que viene. Viven anclados en el hoy. En el día a día (como Rambo)
Bromas aparte, lo cierto es que seguramente fruto del punto anterior, relacionado con la inmediatez de las cosas, son incapaces de esperar por ellas, o de planificarse para conseguirlas. Y quizás en otro post (que este me está quedando muy largo) podamos hablar de la (nula) gestión de la frustración que tienen los muchachos.
Esfuerzo, resultados. Acción, reacción. Recuerdo muchísimas veces la frase de mis padres (por algún motivo se la atribuyo a mi padre, pero podría ser perfectamente mi madre quien me la dijera más veces, ya que era ella quien llevaba el mayor peso de nuestra educación :
Primero la obligación, y después la devoción
Que traducido al lenguaje moderno viene a ser algo como, primero lo que tienes que hacer, y si tienes tiempo, te dedicas a tus mierdas. Pero como en el chiste: si no hay brazos no hay galletas. Vamos, que si no te lo sabes no sales con tus amigos, que si no has estudiado, no vas al entrenamiento, que si no esto, entonces, tampoco aquello. Como soy un poco friki y trabajo en esto de los datos, vamos a darle una vuelta de tuerca al asunto:
ALTER TABLE salidas
ADD CONSTRAINT chk_estudio_previo
CHECK (
EXISTS (
SELECT 1 FROM estudios e
WHERE e.usuario_id = salidas.usuario_id
AND e.fecha_estudio = salidas.fecha_salida
)
);
O lo que viene a ser lo mismo (simplificado):
La fuente de la verdad. Internet (en el móvil) como el oráculo de la verdad
Esto bien podría dar para otro artículo, pero lo cierto es que tiene que ver con los tiempos que nos han tocado vivir, y la propia velocidad de la tecnología y el impacto en nuestra sociedad. Ya no hablamos de la inteligencia artificial en la que surfearán mis hijos con mucha más intensidad de la que lo haremos nosotros. Hablo simplemente del fenómeno de Internet.
Antes los padres éramos la fuente de la verdad y el conocimiento. Padres, amigos, abuelos, profesores. Y seguramente la enciclopedia Larousse o la Encarta para los que estudiasteis con un PC en vuestra mesa de estudio
Ahora ni siquiera Wikipedia sirve para hacer trabajos o estudiar. Ahora es la inteligencia artificial quien -por cierto- les está allanando el camino. Y siento insistir, pero para adquirir conocimiento hay que aprender a hacer las cosas por uno mismo. En mi trabajo siempre les digo a los nuevos que se aprende a base de cabezazos contra la pared. Han de pedir ayuda cuando sientan un reguero de sangre salir del chichón que tienen en la frente, pero no antes. Y no lo hago por comodidad, sino porque creo que el aprendizaje es más profundo y real cuando te enfrentas a ello desde abajo.
Lee, haz cálculos matemáticos con un boli y un papel. Programa SQL, prueba Python lo que te de la gana. Equivócate. Retuércete los sesos como hemos hecho todos. Al menos una vez. Soy consciente de que ahora todo se puede resolver por el camino fácil, pero recorrer el difícil te hace ser plenamente consciente de cuán largo (y tortuoso) será el camino. Porque no todos los caminos son llanos y sencillos. Si vas a la montaña te encontrarás un poco de todo (aunque prefieras un cómodo descenso con un 2% de pendiente negativa). Pues la vida es lo mismo, machote. Puedes usar la calculadora para multiplicar 12x13, pero si eres capaz de hacerlo de cabeza, ganarás en agilidad mental y en razonamiento matemático.
Ya no se fían de lo que les decimos, porque la fuente de la verdad es Internet (bueno, y sus amigos, pero eso ya me pasaba a mí cuando creía saberlo todo con 17 o 18 años... mocoso). Ya si eso hablamos de las ventajas del "todo abierto" de Internet con respecto a determinadas conductas... por ejemplo sexuales. Los chavales se creen que el sexo es una orgía constante de 3x1, 2x1, y el aprovechamiento de todo tipo de orificios y el descubrimiento de todo tipo de situaciones. Otra liga, señores. Que sí, que sí... que seguramente me pilla lejos... pero intuyo que ahí habrá algún efectillo que otro. Llámame loco.
Entonces qué, ¿nos rendimos?
Nunca. Rendirse nunca es una opción. En ningún caso. Bajo ninguna circunstancia. Ninguna es ninguna. Nunca es nunca. Tenemos que coger los ingredientes que están encima de la mesa y tratar de cocinar con ellos. Las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran ¿verdad? Si todo lo que quisiéramos ocurriera, la vida perdería algo de rock and roll. Desear las cosas está bien... sin que eso haga que el ansia se apodere de ti y amagues con rendirte. Aprende, asume tus errores y aprieta la mandíbula para gestionar las cosas lo mejor que puedas. Merece la pena el esfuerzo. Merece la pena la paciencia.
Mira, ¿lo ves allí a lo lejos? ¿No sientes que algo está cambiando? Yo lo veo. Yo lo siento. Se pueden cambiar las cosas. Todo se puede cambiar (todo excepto la muerte, que tiene una solución regular). Así que lo dicho... se asumen las cosas, se toman los ingredientes y se cocina la mejor pizza que podamos. Porque nos toca vivir con estos ingredientes. Digamos que fue otro quien fue a la compra por nosotros, pero ahora no hay tiempo de lamentarse por no tener esto o aquello. Estos son los ingredientes, y no otros. Toca mover el culo, porque vivir es lo que hacemos mientras estamos vivos.
Aunque el mundo del turismo ha vivido años turbulentos, Europa parece estar recuperando el ritmo. Según el último informe de Oxford Economics, el continente sigue siendo un imán para los viajeros internacionales, y se espera que en 2025 las llegadas aumenten un 5,3%. Sí, es un poco menos que el 8,4% que se preveía en junio, pero sigue siendo una cifra muy positiva: hablamos de 40 millones de visitas más que el año pasado.
🌍 ¿Dónde está creciendo más el turismo?
Uno de los datos más interesantes del informe es que los destinos emergentes de Europa están ganando protagonismo. Países como Eslovenia, Croacia o incluso algunas zonas menos conocidas de Europa del Este están viendo un crecimiento más rápido que el promedio regional. En concreto, se espera que estos destinos reciban un 9,1% más de visitantes este año.
Eslovenia, por ejemplo, está en plena forma. Se prevé que en 2025 aumente sus llegadas internacionales en un 7,5%, gracias a una mejora en las conexiones de transporte y al turismo transfronterizo desde países vecinos como Italia, Austria y Croacia. Este tipo de turismo regional, más sostenible y menos dependiente de vuelos largos, está ganando fuerza.
🌿 Turismo sostenible: ¿moda o tendencia real?
En Europa Occidental, el panorama es más variado. Algunos países están aprovechando el auge del turismo sostenible y de naturaleza. Suecia y Austria, por ejemplo, están viendo un aumento en el interés por experiencias más verdes, menos masificadas y más conectadas con el entorno natural. Esto no solo responde a una mayor conciencia medioambiental, sino también a un cambio en las preferencias del viajero post-pandemia: menos ciudades abarrotadas y más escapadas tranquilas.
Por otro lado, Bélgica no está teniendo tanta suerte. El país está viendo una recuperación más lenta, afectada por restricciones fronterizas, menor demanda desde sus mercados emisores y una competencia feroz por parte de destinos más económicos.
✈️ Alemania: ¿qué está pasando?
Alemania, uno de los gigantes turísticos de Europa, está teniendo dificultades para recuperar su nivel de visitantes internacionales. Se espera que en 2025 reciba un 0,9% menos de turistas que el año anterior. ¿La razón? Una combinación de factores: capacidad aérea limitada, menos vuelos de bajo coste y una oferta que no termina de adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
Este dato es especialmente relevante porque Alemania suele ser un termómetro del turismo europeo. Si no logra remontar, podría ser una señal de que aún hay obstáculos estructurales que superar.
¿Y qué pasa con los turistas estadounidenses?
Por supuesto, el mercado estadounidense sigue siendo clave para muchos destinos europeos, especialmente los más icónicos como Francia, Italia o España.
La fortaleza del dólar, la mejora en las conexiones aéreas y el deseo de los estadounidenses de volver a viajar tras años de restricciones están impulsando este flujo. Si te interesa este tema, puedes pedir el informe completo o incluso datos específicos por país o ciudad.
📊 ¿Qué podemos aprender de todo esto?
1. La recuperación turística es desigual: no todos los países están creciendo al mismo ritmo, y factores como la conectividad, la sostenibilidad y la competitividad son clave.
2. Los destinos emergentes están ganando terreno: ofrecen experiencias auténticas, precios más competitivos y menos saturación.
3. El turismo sostenible ya no es una opción, es una necesidad: los viajeros lo valoran cada vez más, y los destinos que lo integran en su propuesta están viendo resultados.
4. La conectividad aérea sigue siendo un reto: especialmente para países como Alemania, donde la falta de vuelos limita la recuperación.
🧠 Reflexión final
Este informe es una llamada de atención para todos los que trabajamos en marketing, turismo o estrategia de marca. Entender cómo se mueve el turismo internacional nos permite anticipar tendencias, adaptar nuestras propuestas y conectar mejor con los nuevos perfiles de viajeros.
Si tienes un hotel, una agencia de viajes, o simplemente te interesa el mundo del turismo, te recomiendo echar un vistazo al informe completo. Y si quieres datos específicos para tu país o ciudad, Oxford Economics está ofreciendo información personalizada.
Seguramente os ha pasado algo parecido a lo que me dispongo a contaros. Puede que vosotros estéis más preparados que yo que a veces me pasan las cosas por encima sin darme cuenta, pero lo cierto es que no me cuesta confesar que la Navidad ha vuelto a pillarme más o menos por sorpresa. Y me di cuenta de una forma completamente estúpida. La semana pasada, seguramente el lunes, o quizás el martes volvía conduciendo del trabajo. Serían las 7 de la tarde más o menos. Salgo del garaje de la oficina, conduzco los 500 metros de Santa Engracia y cuando tomo la tercera salida en la rotonda de Cuatro Caminos y empiezo a circular por Bravo Murillo, lo veo.
A escasos tres o cuatro metros de altura, allí están, casi saludando silenciosamente. Las luces de Navidad.
Están colgadas y silenciosamente forman un techo ficticio que dentro de unos días pasará a ser parte del paisaje de la ciudad uniendo vecinos a ambos lados de las calles más emblemáticas de la ciudad. Encenciendo el "buenrollismo" de la gente gracias a cientos de miles de bombillas. Unas luces que, sin ser las de Vigo, atraerán a millones de personas otro año más. Y la circulación hacia el centro será imposible. Y seguramente vayamos a dar una vuelta a la Plaza Mayor, a Preciados, a Sol... porque aunque volvamos a casa diciendo que no lo haremos más, nos gustan las rutinas. Los seres humanos (muchos de ellos al menos) nos sentimos cómodos repitiendo las cosas que hemos hecho a menudo... una y otra vez.
Y mientras iba recorriendo los apenas 8 km que hay entre la oficina y mi casa, pienso lo rápido que me ha pasado este año. Un año difícil, con idas y venidas. Vueltas y revueltas. Con rutinas e ilusiones. Con errores (gordos) y aciertos. Como la vida misma, supongo... pero si miras tu reloj, te darás cuenta de que ya estamos en noviembre, y que dentro de unas semanas estaremos celebrando la Navidad con nuestros seres más queridos. O al menos con algunos de ellos. Últimamente siempre falta alguien, porque cuadrar fechas estos días es algo complicado. Y también hay gente que ya no está y no estará. Por ellos y por la gente que lo pasará mal esta Navidad, va este post.
Y pensándolo bien, también por los que sí estamos presentes y unidos, pero podríamos estar mejor. Más unidos. Más presentes.
Los que seguís El blog del Marketing desde hace años (si es que queda alguien), sabéis que para mí no hay Navidad sin anuncions navideños, y este año uno de los primeros que ha llamado mi atención es este de IKEA que nos llama la atención sobre lo importante que es ESTAR de verdad. En cuerpo y alma. Sin distracciones y aprovechando de la suerte de estar juntos. Sin peros. Con todo.
Así que desde este rinconcito de internet que cada vez lee menos gente y donde alguna vez aparece algún lector nuevo, os animo a concentrarnos en la gente que nos rodea y que nos quiere y a disfrutar de cada segundo como si fuera el último. Porque la vida es lo que pasa mientras estamos vivos, hagamos de esta Navidad algo inolvidable.
Mi hermano lleva años contándome maravillas de sus inversiones, y yo mientras tanto, dando vueltas en acciones de todo tipo en los que -por suerte- he tenido suerte (o acierto), pero con inversiones a corto plazo que no cambiarán mis cuentas a medio y largo plazo.
Hasta que el otro día, en una conversación entre mi hermano y mi hijo Jaime (ya mayor de edad), Javi le recomendó invertir sus ahorros en Indexa Capital. El mismo sitio en el que invierte él y también mis padres, desde hace casi diez años. Mi hermano estuvo contándole a mi hijo los diferentes escenarios de ahorro, y la verdad es que me llamó tanto la atención que he decidido invertir algo de nuestros ahorros.
El otro día, en Amsterdam, lo hablaba con mis compañeros Julio y Javi, que también tienen ahorros en este tipo de soluciones y además, me descubrieron una calculadora financiera que te permite hacer escenarios para estimar tus beneficios a largo plazo con este tipo de inversiones a tipos de interés compuesto.
Pero antes de seguir con las diferentes simulaciones, veamos qué es el tipo de interés compuesto.
¿Qué es el tipo de interés compuesto?
El interés compuesto es el interés que se calcula sobre el capital inicial más los intereses que se han acumulado previamente en cada periodo. Es decir, el interés genera nuevos intereses, lo que hace que el capital crezca a un ritmo acelerado, como una "bola de nieve". A diferencia del interés simple, que solo se calcula sobre el capital original, el compuesto permite que el dinero crezca de manera exponencial con el tiempo.
Características clave:
Intereses sobre intereses: La característica principal es que los intereses ganados se suman al capital principal, y en el siguiente periodo, el interés se calcula sobre esta nueva suma mayor.
Crecimiento acelerado: Con el tiempo, este efecto multiplicador puede hacer que los ahorros e inversiones crezcan significativamente más rápido que con el interés simple.
Y ahora, entendido el concepto, vamos con algunos escenarios de ahorro. Para eso, mi recomendación es que juguéis con esta calculadora que os permitirá estimar el retorno de vuestra inversión inicial, con las aportaciones mensuales que queráis, diferentes escenarios de rentabilidad anual y un tiempo esperado:
Mirad, yo he invertido 35.000€ y voy a aportar 250€ al mes (3.000€ al año). No me parece ambicioso, y me permite no tocar demasiado de lo que potencialmente voy a necesitar para la época universitaria de los niños, que empieza ya el año que viene.
Con esta base de inversión inicial y aportaciones mensuales, los diferentes escenarios que podrían darse, son los siguientes:
Interés medio anual del 5% (conservador), y mantengo la inversión y aportaciones durante 20 años:
Interés medio anual del 9% (lo que lleva de media mi hermano en sus 10 años de inversión), y mantengo la inversión y aportaciones durante 20 años:
Por supuesto puedes aportar mayor capital inicial (a mayor base, mayor resultado sobre los intereses), aportar más dinero al mes, y jugar con diferentes escenarios de rentabilidades anuales. Y ahora que hablamos de esto, porque es una de las bases de la inversión. ¿En qué invierte Indexa Capital?.
Pues como el problema de las inversiones tiene que ver con la concentración y con aquello de no poner todos los huevos en la misma cesta... ellos van y se compran la cesta! Aquí os dejo lo que están haciendo con mis 35.000€:
Lo que me dice mi hermano es que (lógicamente), van entrando y saliendo de un sitio y de otro. Cambiando pesos y cantidades en función del comportamiento de la economía, pero lo cierto es que (en base a la experiencia de mi hermano y de mi padre), lo están haciendo muy bien.
Otras de las ventajas / comodidades de Indexa Capital es que te dan un código de cuenta bancaria (IBAN), de modo que puedes programar las aportaciones y olvidarte. Porque, eso sí... esto es un plan de ahorro. Creo que hay que tomárselo como tal. Son cuentas de entrada, y no deberíamos tocar el dinero salvo que la cosa se ponga muy fea o tengamos una necesidad imperiosa de liquidez porque -por ejemplo- queramos comprarnos una casa.
Pero volviendo al caso de mi hijo Jaime, que tiene una cantidad importante de ahorro gracias a lo que mis padres les han dado año a año en acciones del Banco de Santander, y los regalos de ocasiones especiales de hermanos, abuelos, tíos, etc... es un dinero que te llueve del cielo y que, bien gestionado, puede hacer que cuando tenga 50 años, se encuentre con varios cientos de miles de euros esperándote para poder plantear una prejubilación como Dios manda.
Es evidente que pueden ocurrir mil cosas a futuro, y que no sabemos si nos enfrentaremos a crisis económicas mundiales, pero me sirve bastante que mi hermano y mis padres se enfrentaran al impacto del Covid y, aunque ese año sí tuvieron pérdidas, la cifra global es muy positiva.
Ya os contaré cómo nos va, y cómo le va a Jaime, pero lo cierto es que me arrepiento profundamente de haber perdido 10 años por no haber escuchado a mi hermano en su momento. ¿Te animas a invertir? Aquí tienes el link de Indexa Capital (aunque seguro que hay muchos más)
Hoy voy a compartir con aquellos a los que pueda interesarles y -por supuesto- conmigo mismo, una de mis recetas de referencia. Una forma de tomar pescado en casa que antes disfrutábamos todos, y que desde hace poco Lola dice que no le gusta (pero que lo comía por no protestar). Debe ser que ahora le da igual protestar. Total, por un poquito más…
INGREDIENTES (para cuatro personas)
Lomo de merluza
1 limón
Sal
Pan rallado
6 zanahorias
1 cebolla
6 o 7 patatas medianas
2 tomates grandes, no muy maduros
PREPARACIÓN
Pela primero las zanahorias y córtalas en rodajas medianas. Cuando hayas terminado con todas, ponlas a freir en freidora, o en sartén con bastante aceite a fuego 7/10.
Ponte a pelar las patatas, y después cótalas en rodajas. Echa sal a las patatas y cuando veas que las zanahorias empiezan a cambiar de color a algo más oscuro, echa las patatas en la misma sartén.
Ahora puedes precalentar el horno, por arriba y abajo, a 220º (entre 10 y 15 minutos)
Pela una cebolla en rodajas, y cuando las patatas lleven 7 u 8 minutos en la sartén, echa la cebolla encima.
Pela los tomates en rodajas y cuando veas que las patatas y las cebollas estén cogiendo color, echa las rodajas de tomate encima de todo.
Recuerda moverlo de vez en cuando.
Cuando las patatas estén con color (pero no hechas del todo), retira todo sobre una fuente de horno. Prepara una cama para el lomo de merluza. Digamos que patatas, cebolla, zanahoria y tomate serán el colchón sobre el que se tumbará la merluza. Bonito símil el del colchón sobre el que tumbarse, ¿verdad?.
Con la merluza encima, echa sal y una fina capa de pan rallado sobre la merluza. Después exprime el limón y échalo encima de la merluza, y de paso deja caer un chorrito de aceite y mételo en el horno.
Deja la fuente con todos los ingredientes 10 minutos en el horno. No más, porque la merluza dejará de estar tierna.