29 mayo 2017

El Blog del Marketing

Lobos con piel de cordero (y viceversa)



Seguramente se hayan escrito mil artículos y post sobre este tema, pero me gustaría dar mi opinión sobre la gente que tiene una apariencia por fuera que nada tiene que ver con su forma de ser o de pensar cuando está en un entorno más cerrado o más íntimo. Lobos con piel de cordero... o todo lo contrario.

Lo primero de todo es la apariencia física y la imagen que proyectamos hacia fuera, sin necesidad de comunicación verbal. Y es que la comunicación no verbal ya dice mucho de la gente. Los hay que parece que van cabreados por la vida, los sonrientes, los de mirada esquiva y los que parecen que esconden sus cartas con una apariencia de prisa infinita en sus movimientos y andares.

Después de esa primera señal conforme a la imagen que dan las personas, podemos conocerlas algo mejor tratando con ellas. Puede ser en el trabajo, en los partidos de los niños de los fines de semana, en las reuniones del cole, o de vacaciones. Y aquí empezamos a escudriñas el juego de roles, dependiendo del entorno en el que nos encontremos y de la personalidad de cada uno. Hay gente que al pasar la puerta de la oficina se pone el disfraz que le corresponda en función de su puesto de trabajo, olvidando por unas horas su forma de ser y su forma de actuar, pero interpretando el papel que le corresponde conforme al puesto que desempeñe en la organización.

Y de ese modo te puedes encontrar a auténticos gilipollas que seguramente sean buena gente fuera del entorno laboral... porque creo que al revés ocurre menos. Es raro (aunque seguro que ocurre) que alguien te parezca buena persona en el trabajo pero después sea un auténtico capullo en casa... aunque según estoy escribiendo estas líneas, acabo de darme cuenta que la probabilidad de que se de este caso puede ser igual que la de su contrario.

¿Por qué ocurre esto? ¿Es tan difícil mantener una postura y una forma de ser y de actuar coherente con uno mismo? (qué menos que ser coherente contigo mismo) Yo creo que tienes que hacer las cosas bien y ser buena persona independientemente del entorno en el que te encuentres. Con amigos, en familia o en el trabajo has de mantener una línea argumental coherente con tu forma de ser. Desde luego no sé lo que opinan los que por definición se mantienen distantes o esquivos en el entorno laboral. Quizás tenga una motivación, como la de separar trabajo y amigos, pero sinceramente lo veo una estupidez, y requiere un esfuerzo extra para un beneficio oculto... al menos a mis ojos.

En este respecto, muchas veces he comentado con amigos que "tengo un don". Me bastan 15 minutos de conversación con una persona para intuir con un grado de acierto bastante elevado el tipo de persona con la que estoy tratando. Lo del "don" es una forma de hablar, pero lo cierto es que tengo cierta intuición para detectar a los auténticos de los falsos, los amables de los ariscos, los mentirosos de los honestos... y aunque dicha primera impresión cala en mi interior, dejo pasar el tiempo para que los actos de los demás acaben poniéndoles en su lugar.... y el porcentaje de coincidencia con mi primera impresión es bastante elevado.

Es cierto que no puedo tener la visión 360º, ya que no les veo actuar en su entorno más íntimo. A lo mejor tipo más axfisiante, inflexible, dominante y cabrón en la oficina es un corderito con su mujer, o todo lo contrario.... o a lo mejor es su válvula de escape. Sea como fuere soy muy fan de la transparencia y poco amigo de los lobos con piel de cordero, o los corderitos con careta de lobo.

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