Siempre que llega el mes de abril o mayo, me surge la duda de si contar con los expertos de una asesoría que me ayude con la declaración de la renta o si me tiro a la piscina con mis (escasos) conocimientos fiscales al respecto.
Es verdad que mi situación de trabajador por cuenta ajena y la simplicidad de mis "propiedades" (compartidas con el banco) y (prácticamente nulas) inversiones hace que enfrentarme al reto de hacer el borrador de la declaración de la renta sea suficientemente sencillo como para tirarme a la piscina, pero no es menos cierto que cada año me pregunto cuál sería la diferencia en el resultado a devolver o a pagar en el caso de que contara con una asesoría que me acompañara durante el proceso.
Cada vez encuentro a más amigos que eligen esta opción, no solo para esta cuestión tan importante, sino también para asesorarse legalmente... especialmente aquellos que son autónomos o tienen un negocio que atender. Saber bien todas las opciones que ofrece la ley para -por ejemplo- poder desgravarse gastos es algo importante... y tengo un montón de anécdotas de amigos que han acabado con "problemas" con hacienda debido a cierta "ligereza" a la hora de tomar algunas decisiones a la hora de desgravar.
Desde luego si tienes a un profesional como Asesoría GD Asesoría que te indique qué puedes y qué no puedes hacer, el riesgo sería menor. Pero también es cierto que no es cuestión de apoyarte en alguien, también debes apoyarte en buenos profesionales y evitar así casos como el de un amigo de Barcelona que se encontró con una carta del Ministerio de Hacienda, comunicándole que tenía que pagar 14.000€ por errores detectados en las liquidaciones trimestrales del IVA... y claro, enfrentarse de golpe al pago de 14.000€ (más demoras), no es algo que te haga gracia. Una consulta inicial a las asesorías en Barcelona, hubiera evitado esta situación.
Como cualquier proceso en el que vayamos a contar con un experto, es importante hacer un barrido de las opciones, precios y disponibilidades antes de decidir... y cuanta mayor es la complejidad de la necesidad que tengamos, mejor hay que afinar. Lo que está claro es que la relación coste/beneficio es innegable (acordaros de la multa de los 14.000€ de mi amigo)
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